Al hablar de cómo introducir las legumbres en la dieta de los bebés, es importante tener en cuenta las características y beneficios que aportan estos superalimentos.
Beneficios
Las legumbres son un alimento rico en potasio, magnesio, zinc, vitaminas del grupo B y hierro. Además, aportan hidratos de carbono, fibra y proteínas. Estas proteínas pueden tener un alto valor nutritivo si se combinan con cereales que aporten metionina, un aminoácido que no se encuentra en las legumbres.
Son un alimento bajo en grasas y rico en hidratos de carbono complejos. Esto proporciona al organismo la sensación de estar lleno durante más tiempo. Además, los hidratos de carbono funcionalmente complejos hacen que la glucosa se absorba lentamente y que la insulina se libere de forma controlada. Esto es útil para el gasto energético de los más pequeños, así como para los niños diabéticos y las mujeres embarazadas.
Las legumbres no contienen gluten y se convierten en una gran alternativa para las recetas aptas para celíacos. Las lentejas y otras legumbres son un gran sustituto de la carne y resultan perfectas para las dietas veganas.
A tener en cuenta
Es importante introducir las legumbres en la dieta de los bebés poco a poco. Las legumbres tienen fama de producir gases, aunque esto depende de cada persona. Para evitar indigestiones o flatulencias, lo mejor es iniciar a los bebés con cantidades muy pequeñas, incluso peladas las primeras veces. Es preferible empezar a introducir las legumbres hacia los 7 u 8 meses, y la variedad perfecta para empezar es la lenteja.
En la cultura india, el Dal, un plato de lentejas, se consume regularmente como alimento básico. Los bebés empiezan a comer lentejas en cuanto se les introducen alimentos sólidos, y lo hacen incluso 3 meses antes de lo recomendado en la cultura occidental. Su organismo se adapta fácilmente, ya que las ingieren con frecuencia.
Recomendaciones
- Para que el bebé las acepte, asegúrate de que estén bien cocidas, sin piel y, si es posible, pasadas por un colador es una gran opción.
- Puedes empezar añadiendo lentejas en pequeñas cantidades a las sopas de tu bebé, cociéndolas durante al menos 20 minutos.
- El paso de remojo es muy importante, ya que reduce el tiempo de cocción y elimina los oligosacáridos, que provocan flatulencias. El remojo también contribuye a una digestión más ligera y «limpia». Tras el remojo, desecha el agua de remojo y lava bien las legumbres.
- Añadir un poco de jengibre fresco al agua de cocción también puede ayudar a digerir las lentejas.
Hoy existen fórmulas a base de legumbres para niños de 1 a 3 años, enriquecidas naturalmente con vitaminas A, D, E, hierro, ácido fólico y otros nutrientes importantes procedentes de las legumbres. Estos nutrientes proporcionan un equilibrio de aminoácidos esenciales y una alternativa para los niños intolerantes a la lactosa o al gluten, o alérgicos a los productos de soja.
Al introducir las legumbres en la dieta de los bebés, estamos adaptando sus papilas gustativas a una edad temprana. Esto será muy beneficioso para cuando crezcan, ya que las legumbres aportan múltiples beneficios y aumentan los niveles de energía. Las lentejas, en particular, también ayudan a reducir el colesterol y, por tanto, son buenas para el corazón.
Tras empezar con las lentejas, se pueden introducir gradualmente otras variedades de legumbres, favoreciendo así la ingesta de más beneficios y propiedades nutricionales. Asimismo, cabe destacar lo versátiles que son las legumbres y la cantidad de recetas en las que se pueden utilizar estos superalimentos, contribuyendo a una dieta nutritiva y saludable.