La mayoría de los consumidores confunden la diferencia entre el colesterol de los alimentos y el colesterol de la sangre. Aunque existe una relación entre ellos, hay una diferencia importante entre ambos.
Para ayudar a aclarar la confusión, es importante recordar lo siguiente:
- Nuestro cuerpo fabrica su propio colesterol a partir de todo lo que comemos, pero especialmente del exceso de calorías. Las calorías de más pueden ser grasas, hidratos de carbono o proteínas.
- La grasa saturada estimula al organismo a producir colesterol. Por esta razón, es muy importante evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, en lugar de evitar los alimentos ricos en colesterol.
Es importante controlar el colesterol en sangre para poder hacer los cambios necesarios en nuestro estilo de vida -cambios en la dieta, ejercicio físico, dejar de fumar- o buscar el asesoramiento médico necesario y la mejor terapia para reducir una tasa elevada de colesterol en sangre. Mejor aún, come con moderación, haz ejercicio regularmente y no fumes. ¿Por qué esperar a tener un nivel alto de colesterol en sangre para hacer cambios? Todos sabemos lo difícil que es cambiar nuestros hábitos.
Para evitar tener un nivel elevado de colesterol en la sangre, debes
- Evita comer en exceso. Recuerda que comer demasiado anima al cuerpo a producir más colesterol.
- Evita las grasas saturadas. En general, la grasa saturada se encuentra en los alimentos grasos de origen animal, como la carne, la leche y el queso. En realidad, los guisantes, las lentejas y las judías son una buena alternativa para sustituir a los alimentos de origen animal, porque contienen las proteínas que el cuerpo necesita sin grasas saturadas.
- Evita ganar peso. Si tienes sobrepeso, intenta recuperar tu peso normal con una dieta equilibrada y ejercicio físico regular.
Texto reproducido con permiso de USADPLC